sábado, 24 de agosto de 2013

Fueron descubiertos los portales que conectan la Tierra con el Sol

Cada célula del cuerpo humano, cien billones en total, es un gigantesco contenedor de vida, una especie de galaxia donde el núcleo celular actúa como corazón y centro galáctico en torno al cual viven y fluyen multitud de modalidades de vida, desde citoplasmáticas a genéticas, agrupadas en “sistemas” similares, a su escala, a los sistemas solares. Y las células están conectadas con el corazón del cuerpo por sistemas como el sanguíneo y se agrupan en multitud de tejidos y aparatos que constituyen auténticos Universos o suma de galaxias en el interior del cuerpo humano, que se configura así como un colosal Multiverso o suma de Universos.


Cada cuerpo humano, al igual que cada miembro o componente de los millones de especies de fauna, flora y minerales que existen en la Tierra, es una célula en el seno del planeta, fantástico ser vivo que por ello puede ser definido como Omniverso o suma de infinidad de Multiversos. Y la Tierra cuenta con un corazón, su núcleo –un corazón radiante cuya temperatura supera a la de la corteza del Sol-, que se halla conectado con el corazón de cada ser vivo que en ella mora de idéntica manera a como el corazón de cada célula del cuerpo humano lo está con su corazón.

La Tierra, como el resto de los planetas, astros y componentes del sistema solar, es una célula dentro de éste, que es otro ser vivo con perfiles de Multiomniverso o suma de Omniversos. Y el sistema solar tiene al Sol, otro ser vivo, como corazón, que se encuentra conectado con la totalidad de células del sistema solar.

Y así se podría continuar repitiendo la misma pauta y ascendiendo en la escala hacia la Vía Láctea y su corazón o Centro Galáctico, el Universo, el Multiverso en el que se integra, el Ommiverso del que éste forma parte, el Multiomniverso al que éste pertenece y así sucesivamente en el contexto una prodigiosa e inabarcable Creación donde todo es suma de partes y forma parte de una suma superior, aunque cada parte es a su vez el Todo.

Los Puntos X: la conexión entre el Sol y la Tierra

Si el núcleo o corazón de cada célula del cuerpo humano está conectado con el corazón por medio de sistemas como el sanguíneo, ¿cómo se produce la conexión del Sol, corazón del sistema solar, con las células que lo habitan, por ejemplo, con la Tierra?. Pues a través de unas “venas” o “arterias” muy especiales que antiguas culturas visualizaron como portales ocultos que, a modo de atajos en el espacio y el tiempo, cumplen la función de conectar a los dos astros directamente y canalizar sin interferencias un fluido constante de energía entre ambos. Fluido, por cierto, del que se benefician todas las modalidades de vida, como la especia humana, que viven y experiencian en el seno de la Madre Tierra.

¿Increíble?. Jack Scudder, físico de plasmas de la Universidad de Iowa y colaborador de la NASA, ha publicado un trabajo en la edición de junio pasado de la revista científica Physical Review Letters en el que describe la existencia y funcionamiento de estos portales, a los que denomina “Puntos X”.

En palabras de Scudder, los Puntos X, definidos científicamente como regiones de difusión de electrones.

“Son lugares donde el campo magnético de la Tierra se conecta con el campo magnético del Sol, creando así un camino ininterrumpido que va desde la atmósfera de nuestro planeta hasta la atmósfera del Sol, a 150 millones de kilómetros de distancia.”

De hecho, observaciones llevadas a cabo por las sondas espaciales THEMIS, de la NASA, y Cluster, de la Agencia Europea del Espacio, sugieren que estos portales magnéticos se cierran y abren docenas de veces al día y se localizan en el sitio exacto donde el campo geomagnético terrestre se topa con el potente viento solar. La mayoría de los portales son pequeños y de corta duración; otros son muy grandes y duran más tiempo. Ingentes cantidades de partículas energéticas pueden así fluir a través de ellos, expandiéndose por la atmósfera superior de la Tierra, desatando tormentas geomagnéticas, provocando brillantes auroras polares e impregnado de energía viva toda la vida que mora en la Tierra.

Procesos de reconexión magnética

Siguiendo con lo aportado por Scudder y sus colegas, los portales se forman por medio de procesos de reconexión magnética: las líneas entrelazadas de fuerza magnética del Sol y la Tierra se unen para crearlos. Los Puntos X son el lugar exacto donde se producen las intersecciones. La repentina unión de campos magnéticos puede impulsar chorros de partículas cargadas desde cualquier Punto X, creando de este modo una región de difusión de electrones.

Para aprender a localizar estos eventos, Scudder observó datos proporcionados por una sonda espacial que orbitó la Tierra hace más de 10 años.

“A finales de la década de 1990, la sonda espacial Polar, de la NASA, pasó años en la magnetosfera de la Tierra”, explica Scudder, “y, durante su misión, encontró muchos Puntos X”.

Gracias a los sensores que formaban parte del equipamiento de la sonda Polar, Scudder pudo ver cómo era un Punto X.

“Usando información tomada de Polar, hemos encontrado cinco simples combinaciones de mediciones del campo magnético y de partículas energéticas que nos dicen cuando nos encontramos con un Punto X o con una región de difusión de electrones. Una sonda espacial, apropiadamente equipada, puede realizar estas mediciones.”

La NASA está planeando una misión llamada “MMS” (Magnetospheric Multiscale Mission, en idioma inglés, o Misión Multiescala Magnetosférica, en español), programada para ser lanzada en el año 2014, con el fin de estudiar el fenómeno. Equipadas con detectores de partículas energéticas y sensores magnéticos, las cuatro sondas de la MMS se dispersarán en la magnetosfera de la Tierra y rodearán a los portales para observar cómo funcionan.

Fuente: diariouno.com.ar

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