Chandra Wickramasinghe, director del Centro de Astrobiología en la
Universidad de Buckingham, Reino Unido, es uno de los principales defensores de
la teoría de la panspermia, la idea de que la vida en la Tierra, como en otros
mundos, fue sembrada durante el impacto de un cometa o un asteroide. Este
investigador ha publicado un nuevo y arriesgado estudio en el que afirma que
cientos de miles de millones de planetas solitarios -mundos que no giran
alrededor de una estrella sino que flotan errantes y sin compañía en el
espacio- del tamaño de la Tierra pueden existir en la Vía Láctea...
Y no solo
eso, sino que estos nómadas pueden albergar algunas de las sustancias
fundamentales para la vida, compuestos que reparten de un sistema solar a otro
durante su paseo cósmico. Sus hallazgos se publican online en la revista
Astrofísica y Ciencias del Espacio.
El equipo de Wickramasinghe explica que estos planetas se originaron en
los inicios del Universo unos pocos millones de años después del Big Bang, y
que constituyen la mayor parte de la llamada «masa perdida» de las galaxias.
Los científicos calculan que estos cuerpos planetarios cruzan el Sistema solar
interior cada 25 millones de años como promedio y durante cada tránsito, el
polvo zodiacal, que incluye compuestos orgánicos fundamentales para la vida, se
implanta en su superficie. Los planetas que flotan libremente tendrían entonces
la capacidad añadida de mezclar los productos de la evolución biológica local a
una escala galáctica, como si se tratara de una abeja polinizadora que viaja de
un sistema solar a otro.
El legado de la vida
Desde 1995, cuando el primer planeta extrasolar fue descubierto, el
interés en la búsqueda de planetas ha llegado a un punto febril. Los 750 mundos
extrasolares detectados orbitan estrellas, y muy pocos han sido considerados
candidatos potenciales para la vida. La posibilidad de un número mucho mayor de
planetas se sugirió por primera vez en estudios anteriores. El pasado año, una
nueva investigación proporcionaba la evidencia de la existencia de diez
planetas que parecen flotar libremente. El hallazgo no solo confirmaba que los
planetas «solitarios» existían, sino también que eran bastante comunes. Ahora,
Wickramasinghe y su equipo han aumentado este número de planetas a varios miles
por cada estrella de la Vía Láctea, cada uno de ellos albergando «el legado de
la vida cósmica primordial».
La investigación puede resultar controvertida, pero aporta un
interesante punto de vista sobre la formación del Sistema solar y el origen de
la vida.
Fuente: radiosantiago.cl
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