En el ardiente desierto
estadounidense de Mojave (donde las temperaturas varias veces
sobrepasan los 50°C), existe un lugar muy conocido llamado “Valle
de la Muerte” el cual alberga un gran misterio que ha durado por
décadas: Sus pesadas rocas parecen trasladarse solas dejando largos
surcos. ¿Qué es lo que las mueve? Es la gran interrogante que tiene
de cabeza a los científicos y que más de algún entusiasta no duda
en atribuirlo a la intervención de extraterrestres...
Estas piedras pesan, en
su mayoría, alrededor de 4 kgs, pero hay unas, como la denominada
“Karen”, que llegan hasta los 300 kgs. Sólo se encuentran en la
zona de “Racetrack Playa”, un lago seco, plano y rodeado de un
anillo de cerros de alrededor de 5 kms de circunferencia. En ciertas
épocas del año se llena de agua, pero el calor reinante termina
finalmente evaporando el agua y dejando una superficie de barro.
Lo más intrigante es
que en todo estos años nadie las ha visto moverse y eso que han sido
varios los equipos que han vigilado el sector. Es por esto que han
surgido diversas teorías que intentan explicar lo sucedido.
Lo que dice la NASA
En 2010 científicos de
la NASA realizaron un estudio pormenorizado luego del cual,
descartaron que las rocas se muevan por efecto de pequeños
movimientos sísmicos, por un animal o por un simple efecto de la
gravedad, es decir, que estuvieran deslizándose porque el terreno
estuviera inclinado. Tampoco registraron en la zona niveles anormales
de radiación o algún campo magnético exagerado.
Ellos concluyeron que
un factor determinante sería el viento donde, a veces, alcanza los
150 kilómetros por hora. Esto, más otros factores como la humedad,
el hielo que se forma durante las noche invernales, o las bacterias
que pueden formar una capa deslizante parecen dar sustento a esta
hipótesis. Sin embargo, el gran peso de la ya mencionada roca Karen,
hace que el misterio aún permanezca.
Experimento casero
El investigador del
Laboratorio de Física Aplicada la Universidad Johns Hopkins, en
Maryland, Ralph Lorenz, luego de estar un buen tiempo llevando a cabo
peritajes en el lugar junto a su equipo, concluyó que el factor
determinante sería una capa de hielo de dos centímetros que se
formaría durante las noches y que actuaría como “flotador”.
Para comprobar su idea,
efectuó hace un par de años un novedoso experimento en su hogar.
Congeló una piedraen agua y consiguió un bloque de hielo del que
sobresalía una de las puntas de la piedra.
Al bloque resultante lo
dio vuelta y lo colocó en una sartén llena de arena húmeda. Al
soplar sobre el hielo, este se deslizó sin problemas, dejando un
surco en la arena.
Lorenz cree que este
método es más certero ya que no hace falta que haya fuertes vientos
o enormes placas de hielo. No obstante no está conforme, pues piensa
que pueden haber otras causas que muevan a las rocas en distintas
direcciones y que la única forma de comprobar su idea es viéndolo
directamente, pero eso es difícil dado que están prohibidos los
campamentos en el sector por ser un área protegida.
Otras piedras
“imposibles de mover”
Lo del Valle de la
Muerte no es un fenómeno único. El mundo conoce otros casos tan
enigmáticos como éste. Por ejemplo: ¿Cómo los nativos de Isla de
Pascua trasladaron sus enormes y pesados moais desde la cantera en el
volcán Rano Raraku, hasta la costa donde fueron erigidos? Los Rapa
Nui, aseguran que se “movieron solos” gracias a una energía
llamada “maná”.
También está el caso
de las ruinas de Machu Pichu en Perú... ¿Cómo es que trasladaron
piedras pesadas desde el desierto hasta la cumbre de los cerros donde
está edificada? ¿Sólo con la fuerza bruta de animales como llamas
y alpacas?
Si a esto le añadimos
el enigma de cómo llevaron los albañiles egipcios enormes piedras
desde canteras ubicadas en el sur de Egipto hasta las pirámides de
la nortina zona de Gizeh, tenemos más interrogantes aún...
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