El suelo lunar está caracterizado por
unas extrañas propiedades, objeto de numerosos estudios. Sus
componentes pueden flotar sobre la superficie y, en una distancia en
profundidad de tan solo dos metros, la temperatura desciente hasta
más de 150ºC.
Un último estudio trata de explicar el
esotérico comportamiento del suelo del satélite tras el
descubrimiento de ínfimas burbujas de cristal que se generan por el
choque de otros cuerpos contra la superficie lunar, según relata
National Geographic.
Al carecer la Luna de atmósfera que
amortigüe la entrada de materias procedentes del espacio, la
colisión de cuerpos se produce con tal violencia, que funde las
partículas pedregosas del satélite convirtiéndolas en cristal, que
se constituye en burbujas que sostienen el resto de materiales que
forman el suelo.
Las burbujas no están rellenas de gas,
sino de cristal, y su tamaño es tan pequeño que su comportamiento
no obedece a las leyes de la Física de Newton, sino a las de la
esotérica Física Cuántica.
La cuántica podría ser la responsable
de la conducta excepcional del suelo lunar, aunque todavía no se
conocen las propiedades concretas adquiridas. Es decir, el siguiente
paso del estudio será explicar por qué el suelo de la Luna permite
flotar o por qué constituye un inmejorable aislante.
Fuente: ecodiario.eleconomista.es
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