miércoles, 16 de septiembre de 2009

Las pirámides y sus misterios I


Las pirámides de Egipto, especialmente las ubicadas en la meseta de Gizeh, son enormemente cautivantes. En primer lugar, por ser sumamente colosales y duraderas (son una de las siete maravillas del mundo antiguo) y por tener una larga lista de características que las hacen únicas e irrepetibles. Por ejemplo, su alineación no es recta, sino que sigue la forma de las tres estrellas que constituyen el cinturón de Orión.

No obstante, la que se atribuye una gran cantidad de aciertos matemáticos es la Gran Pirámide de Keops. Al dividir la superficie de la base por la altura doble de la pirámide, se obtiene el famoso número PI (3.1416…) que sigue siendo un enigma para muchos matemáticos. La distancia de la Tierra al Sol, medida con satélites es de 147’099,000 Kms., mientras que la altura de la Gran Pirámide es de 147.088 mts. Por otra parte: la velocidad de la luz es igual a lo que le falta a la Gran Pirámide para completar la punta (parte trunca).

Según mis datos (que los pueden corroborar en Youtube), estas estructuras nunca fueron utilizadas como mausoleos (como nos enseñaron en el colegio), pues jamás se ha encontrado alguna momia en su interior, ni tampoco fueron utilizadas como templos, ya que recién en el siglo XIX pudieron entrar en su interior los arqueólogos, mediante el uso de la dinamita.

Sin duda, que quedan muchas dudas aún como, ¿para qué las construyeron? Según algunos investigadores, éstas tienen un fin energético. Pero de lo único que estoy seguro es que no fueron los egipcios del 2600 A.C. los que las construyeron. ¿O acaso alguien cree que algún pueblo pudo sacar enormes piedras de varias toneladas de peso desde una cantera ubicada a cientos de kilómetros al sur para llevarlas a Gizeh sin que las embarcaciones se hundieran en el Nilo? Próximamente entregaré nuevos datos...

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