En el pasado de Estados Unidos abundan
los experimentos inhumanos que afectaban tanto a otros países como a
sus propios ciudadanos.
A continuación le ofrecemos algunos de
los más crueles...
MKULTRA, Subproyecto 68
El proyecto de la CIA MKULTRA, que
pretendía encontrar métodos para controlar la mente, pagó al
doctor Donald Ewen Cameron, quien encabezó experimentos en el marco
del Subproyecto 68.
En su Instituto Memorial Allen en
Montreal el doctor sometía a los pacientes ingresados con depresión
bipolar o trastornos de ansiedad a una 'terapia' que les dejó serios
daños y alteró sus vidas de manera irreparable.
Entre 1957 y 1964 Cameron sometió a
sus pacientes a una terapia electroconvulsiva, que sobrepasaba en
30-40 veces las normas.
Ponía a los pacientes en estado de
coma inducido por drogas durante meses y reproducía cintas con
declaraciones simples o ruidos repetitivos una y otra vez. Las
víctimas olvidaron cómo hablar, de sus padres y sufrieron amnesia
grave.
Todo esto ello se perpetró contra
ciudadanos canadienses porque la CIA probablemente consideraba
demasiado arriesgado realizar estas prácticas en estadounidenses.
Para lograr de que el proyecto siguiera
financiándole, Cameron involucró a niños en los experimentos y en
una ocasión indujo a un niño a tener sexo con un alto funcionario
gubernamental. La grabación de esta escena la utilizó para realizar
chantajes.
Soldados en cámaras de gas mostaza
A medida que se intensificaba la
investigación de las armas químicas en los años 40, el Gobierno de
EE.UU. no vaciló a la hora de involucrar al personal militar en sus
experimentos.
Para probar la eficacia de las armas y
métodos de defensa, se utilizaba gas mostaza y otros productos
químicos que dejaban quemaduras en la piel y arruinaban los pulmones
sin que los soldados lo consintieran o conocieran el experimento.
Probaban máscaras antigás y ropas de
protección encerrando a los soldados en cámaras de gas, una
práctica que evoca las imágenes de la Alemania nazi.
Entre los agentes utilizados se
encontraba la lewisita, compuesto que fácilmente penetra la ropa e
incluso la goma.
Al contactar con la piel, el gas
inmediatamente provoca un dolor extremo, picor, hinchazón y
erupción. Grandes ampollas llenas de líquido se desarrollan 12
horas después de la exposición en forma de quemaduras químicas
sumamente graves. Y eso solo en el contacto de la piel con el agente.
La inhalación del gas provoca un ardor
en los pulmones, estornudos, vómitos y edema pulmonar.
Lo que se refiere al gas mostaza, sus
efectos son asintomáticos hasta aproximadamente 24 horas después de
la exposición. Sus efectos primarios incluyen quemaduras graves que
se convierten con el tiempo en ampollas llenas de fluido amarillo.
El gas mostaza tiene propiedades
mutágenas y cancerígenas que han matado a muchas personas
expuestas. Aunque hay un tratamiento disponible, las quemaduras del
gas mostaza se curan muy lentamente y son extremadamente dolorosas.
Las quemaduras que el gas deja sobre la piel son a veces
irreparables.
Pulverización de ciudades con
agentes químicos
Las Fuerzas Armadas de EE.UU. y la CIA
realizaron una serie de simulaciones de ataques químicos y
biológicos contra varias ciudades estadounidenses a mediados del
siglo pasado para entender los efectos qué se deben esperar en caso
de un ataque real.
Se llevaron a cabo los siguientes
ataques aéreos/navales:
- La CIA dispersó el virus de tos
ferina en la bahía de Tampa, usando barcos. Como consecuencia
estalló una epidemia de tos ferina, que dejó 12 personas muertas.
- La Marina de guerra roció San
Francisco con bacterias patógenas y por ello muchos ciudadanos
padecieron neumonía.
- El Ejército soltó millones de
mosquitos portadores de la fiebre amarilla y el dengue sobre
Savannah, estado de Georgia, y Avon Park, Florida. El enjambre
produjo a sus ciudadanos muchos problemas respiratorios, fiebre
tifoidea, y niños nacidos muertos.
Después de estos ataques, llegaban
militares disfrazados de trabajadores sanitarios a las zonas
afectadas. Mientras estaban ayudando a las víctimas, su intención
secreta era estudiar y registrar los efectos a largo plazo de todas
las enfermedades que padecían.
Infección de guatemaltecos con
enfermedades venéreas
El Gobierno de Guatemala ha determinado
que más de 2.000 personas fueron infectadas con sífilis, gonorrea o
cancroide sin su conocimiento (según otros datos, más de 5.000
guatemaltecos) en los años 40, mientras que EE.UU. sitúa la
estimación en algo más de 1.300 personas.
El objetivo de estos experimentos,
dirigidos por el médico estadounidense John Cutler, era averiguar si
la penicilina podía ser usada “para prevenir enfermedades de
transmisión sexual” y para ello emplearon a prostitutas,
exmilitares, enfermos mentales, huérfanos y presidiarios.
Los experimentos, que nunca fueron
publicados, se conocieron en 2010 después de que la profesora de la
Universidad de Wellesley, Susan Reverby, se topara con ellos por
casualidad.
No se ha encontrado ningún informe
sobre las conclusiones del experimento, pero sí hay datos personales
de los pacientes y cuadros médicos según los cuales hubo al menos
83 víctimas mortales.
LSD
La CIA realizó entre los años 1953 y
1964 experimentos con miles de civiles y militares estadounidenses
con la droga alucinógena LSD y otras sustancias sin que supieran lo
que les estaban haciendo.
Según una reciente filtración de
documentos confidenciales de la agencia, además del Ejército,
algunos experimentos se llevaron a cabo en playas, bares y
restaurantes donde los agentes supuestamente colocaron el narcótico
en las bebidas de los clientes.
Durante una década, la CIA llevó a
cabo sus experimentos clandestinos, persiguiendo a sus 'blancos' y
observando su conducta. Algunas de las víctimas que participaron en
las pruebas sufrieron convulsiones y paranoia, mientras que otros
murieron.
'Agente naranja' contra presos
Además de usar ampliamente como
defoliante el producto tóxico durante la Guerra de Vietnam, que
produjo varias enfermedades y mutaciones genéticas en generaciones
subsecuentes, el Gobierno estadounidense probó el 'agente naranja'
en presos voluntarios de una cárcel de Filadelfia, haciéndolo pasar
por una "investigación dermatológica".
Los experimentos, que se realizaron
entre 1951 y 1974, fueron encabezados por el doctor Albert Kligman.
Los presos recibían pagos por permitir la aplicación de inyecciones
de dioxina, uno de los componentes del 'agente naranja'. Entre los
efectos que sufrieron los presos estaban las erupciones (cloracné)
en las mejillas, detrás de las orejas, axilas e ingle.
Fuente: actualidad.rt.com
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