En un estudio publicado en arXiv.org, Shu plantea que el tiempo y el espacio se pueden convertir el uno en el otro, y la velocidad de la luz es el factor de conversión entre ambas. Como el Universo se expande, el tiempo se transforma en el espacio, y la masa, en longitud. A medida que el Universo se contrae, ocurre lo contrario.
Por otro lado, la teoría del Big Bang plantea un universo plano, pero Robert Dicke demostró en los años 60 que para que eso haya resultado de tal manera se tendrían que haber dado unas condiciones particularmente infrecuentes durante los primeros segundos del Big Bang. Este dilema se conoce como Flatness Problem y la teoría de Shu la soluciona de un paraguazo al negar el universo plano y sustituirlo por uno hiperesférico.
Finalmente, la teoría del Big Bang no logra explicar lo que se llama el Problema del Horizonte, el hecho de que sectores del universo que no pueden haber estado nunca en contacto tengan las mismas condiciones de densidad de masa y energía. Lo anterior parte de la base que ningún fenómeno ocurrido sobre un sector puede influir en un sector aledaño antes de lo que la luz se demoraría en viajar entre ambos, pero la interrogante se solucionaría si aceptamos una velocidad de la luz variable como plantea el profesor Shu. Sin embargo, tiene un punto flaco, y es que sus ideas no pueden explicar la existencia de fondo cósmico de microondas, que se supone la evidencia más sólida de los restos del Big Bang.
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