La historia sucedió en 1947, pero todavía hoy siguen los interrogantes
y las dudas; La versión más difundida afirma que ese año una nave espacial se
estrelló en Roswell, Nuevo México y el gobierno estadounidense encontró cuerpos
extraterrestres en el área de la tragedia.
Sin embargo, recientemente la investigadora Annie Jacobsen publicó un
libro titulado Área 51: una historia sin censura, en el cual asegura que LOS
SUPUESTOS EXTRATERRESTRES ENCONTRADOS EN ROSWELL EN REALIDAD SERÍAN NIÑOS
MODIFICADOS POR EL CIENTÍFICO NAZI JOSEF MENGELE, también conocido como “el
ángel de la muerte” por sus experimentos horribles con humanos en campos de
concentración nazis. Además, Mengele habría hecho el trabajo a pedido del
entonces líder soviético Josef Stalin.
Basándose en documentos desclasificados y varias fuentes que habrían
trabajado en el Área 51, la base militar que estaría a cargo de las
investigaciones extraterrestres pero que el gobierno de Estados Unidos nunca
reconoció, Jacobsen asegura que en realidad la nave espacial que chocó en
Roswell se trataba de un avión espía soviético manejado en forma remota y
tripulado desde el interior por un grupo de niños deformados.
Según Jacobsen, Stalin se habría impresionado con el programa radial
“La guerra de los mundos”, de Orson Welles, transmitido en 1938, en el cual se
parodiaba una invasión extraterrestre, y se le habría ocurrido la idea de crear
un pánico masivo similar al de esa emisión fingiendo una invasión
extraterrestre. Con ese objetivo, Stalin habría contratado a Mengele, -que en
ese momento estaba escondido en América del Sur luego de haber escapado de
Alemania tras la Segunda Guerra Mundial- para que alterara quirúrgicamente a un
grupo de niños y que parecieran extraterrestres. A cambio, le habría prometido
un laboratorio de eugenesia.
Una vez hecho esto, los niños deformados habrían sido colocados en una
aeronave con forma de platillo volador y controlada de forma remota, que al
chocar en el territorio de Nuevo México, habría hecho nacer la leyenda de
Roswell.
EL CASO ROSWELL
Desde 1947, el caso Roswell convivió con distintas interpretaciones. El
hecho en el que todos coinciden, como decíamos al principio de esta nota, es
que un platillo volador se estrelló inexplicablemente en Nuevo México con seres
vivos en su interior. Cuando todo ocurrió, la base aérea del ejército de
Roswell aseguró que se trataba de un “disco volador”. Pero horas más tarde se
retractó e insistió en que se trataba de un globo meteorológico.
Fue en la década de 1970, cuando fueron publicados una serie de libros
y documentales que denunciaban las formas de vida extraterrestre que se
encontraron en el incidente, cuando todo resurgió. Y hasta hoy, las
explicaciones del fenómeno no dejaron de variar y ramificarse.
Jacobsen, que vuelve a resignificar el incidente con su libro Área 51,
escribe: “Ellos encontraron los cuerpos junto a la nave que se estrelló. No se
trataba de extraterrestres. Ni se les consideraban pilotos. Ellos fueron
conejillos de indias humanos. Inusualmente pequeños para ser pilotos, parecían
ser niños. Cada uno medía menos de 1.20 metros de altura. Fueron grotescamente
deformados, todos eran iguales. Tenían las cabezas inusualmente grandes y con
ojos de gran tamaño de forma anormal. Dos de ellos fueron encontrados
supuestamente en estado de coma, pero vivos aún“.
Ahora bien, ¿es más fácil creer en un accidente extraterrestre o en un
complot soviético en el que además estaba involucrado un científico nazi? La
realidad a veces suele ser más fantasiosa que la ficción.
Fuente: lavoz901.com.ar
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