miércoles, 25 de noviembre de 2009
Combatiendo a los “chitaurris” I
Como muchos adivinarán, no estamos solos en el Universo. Dios no fue tan mezquino al crearnos como única especie pensante. En otros planetas, de distintos sistemas y galaxias, hay seres como nosotros, capaces de modificar el medio en que habitan y gobernar sobre él. Como es lógico, has especies alienígenas que son benévolas y otras, que son malignas. Varias de ellas, tienen una tecnología muy superior a la nuestra y han estado realizando viajes estelares durante muchísimo tiempo. Curiosamente, quienes más han incidido en nuestra realidad, son los denominados “reptilianos” (chitaurris) que son unos seres emparentados con los dinosaurios que vivieron en la Tierra hace más de 65 millones de años. De naturaleza bípeda y erguida, estas criaturas llegaron a nuestro mundo cuando los humanos recién nos estábamos agrupando en pequeñas comunidades. Según leyendas esparcidas a lo largo de todo el orbe, fueron estos extraterrestres quienes nos enseñaron todos los aspectos que debe tener una civilización (medicina, aritmética, geometría, arquitectura, biología, filosofía, entre otras ramas del saber). Fue tal el impacto que causaron sus enseñanzas, que fueron adorados como dioses. De ahí esa fascinación por las serpientes, que se repite en las religiones del mundo entero: sólo analicen los casos de Quetzalqoatl (la serpiente emplumada), el mito mapuche de Tentenvilú y Caicaivilú, los dragones en china, las serpientes puestas en los sombreros de los faraones, etc.
No obstante y pese a estas aparentes buenas intenciones, hay escondidos fines malignos, pues en el fondo, lo que ellos quieren, es gobernarnos y sólo nos ven como unos “esclavos útiles”. Pero como el Universo es dual, sus siniestros planes se enfrentaron a una gran fuerza galáctica. ¿Quiénes son? Se los contaré la próxima semana…
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