Sin embargo, no es la primera vez que alguna toma hecha por la sonda del programa espacial de Estados Unidos, genera un arduo debate entre los creyentes y escépticos de la vida fuera de la Tierra. Ya antes se ha hablado desde una flor (ver nota aquí) hasta un ratón en el planeta rojo (ver nota acá). No obstante, la NASA no se ha pronunciado frente a esta última foto.
En esta ocasión, los fanáticos de la vida extraterrestre han comparado la presunta osamenta, con la que tenían los antiguos dinosaurios de cuello largo. Si estas suposiciones se confirman cambiaría radicalmente el conocimiento de la historia de Marte. Para otros, en tanto, se trata de un simple caso de pareidolia, que es cuando el cerebro humano proyecta imágenes de seres vivos en cosas inertes (como las piedras).
Increíbles historias ligadas a Marte
El vecino planeta ha sido foco de numerosas crónicas ligadas a la vida extraterrestre. La mayoría de ellas provenientes de la industria del cine de los años 50′ y 60′, la cual vio en los marcianos, el pretexto perfecto para incrementar el miedo a una conflagración nuclear en el contexto de la Guerra Fría.
En los últimos años, y gracias a supuestos contactados, han surgido relatos que hablan acerca de un pasado lleno de vida en el mencionado cuerpo celeste. Una de las más espectaculares, es la narrada por Drunvalo Melchizedek, en donde se habla de varias civilizaciones conviviendo hace más de un millón de años (ver nota aquí). Algo muy similar fue lo contado por Boriska, un niño índigo ruso, que afirmó, en una entrevista, haber vivido en Marte en una vida pasada. El pequeño contó, con lujo de detalles, cómo era la vida en ese remoto paraje (ver nota acá).
Lo visto últimamente, ¿es sólo un caso de pareidolia? ¿Es un esqueleto real? ¿Qué piensa usted?
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