El testimonio del senador Fulvio Rossi
sobre su eventual abducción "ratificada" por los psíquicos de Chilevisión viene a enriquecer la fértil tradición ufológica
de nuestro país. En particular la de casos de contactados y
abducidos, o secuestrados, por extraterrestres. El parlamentario ya
ha revelado a través de los medios que hace 15 años fue secuestrado
aparentemente por entidades alienígenas durante el regreso de un
asado en San Bernardo.
Otros casos históricos e histéricos
citados a nivel mundial recuerdan el de un par de pilotos de rally
"atrapados" por marcianos en la Patagonia, el del Cabo
Valdés, el cantautor Tito Fernández, una lectora de noticias de
Punta Arenas y el marido de Patricia Maldonado.
Carretera perdida
En la frontera Argentina, durante el
Rally "Vuelta a América del Sur" de 1978, los pilotos
Miguel Ángel Moya y Carlos Acevedo, fueron abducidos mientras
competían a bordo de un Citroen GS 1220 y transportados a lo que
ellos identificaron como una nave espacial. "Parece que nos
pescaron los marcianos", le dijo Moya a Acevedo antes de que
ambos perdieran la memoria. Los hechos indican que el rastro de los
rallistas se perdió a lo largo de 70 kilómetros en los que los
puestos de control no puedieron acreditar el paso de la dupla. Se
suman otros testimonios de competidores que vieron las mismas luces
en la ruta y lo cierto es que esa distancia fue recorrida
inexplicablemente en 5 minutos, según los hechos. Acevedo falleció
de causas naturales poco después de la aventura.
Abducción en Punta Arenas
Cerca de ahí, en Punta Arenas, la
lectora de noticias Miroslava González, quien se desempeñaba en una
de las señales regionales de TVN también contó cómo en el año
1987 fue detenida en la carretera junto a su pareja de entonces.
Asegura que entre destellos y la presencia de una nave extraterrestre
estuvo paralizada un breve período del que no tuvo noción del
tiempo. Tras el asunto, dice que sus cercanos detectaron un lapso de
2 horas perdidas sin explicación. Entre las 11 y las 2 de la mañana.
Tras sesiones de hipnosis, Miroslava logró recuperar parte de ese
período, pero ha decidido no publicarlo por temor a la incomprensión
de la ciudadanía, según consta en su testimonio entregado al
programa OVNI que condujo Patricio Bañados en el año 2000. El clip
completo acá.
Fin de semana perdido
El caso del temucano
Tito Fernández, más conocido como "El
Temucano", tardó mucho tiempo en relatar completamente su
experiencia en la Pampa del Tamarugal, en pleno desierto de Chile. En
1974 durante una caravana artística en la que participaban también
Marcelo Hernández, animador de "Cachureos", el cómico
Jorge Cruz y Gloria Benavides, Fernández tuvo el primer contacto con
entidades alienígenas a las que el llamaba familiarmente "pacos".
Aunque se suele calificar como un avistamiento o encuentro cercano
del tercer tipo, el relato del cantante incluye el avistamiento de un
ser de más de 2 metros y aparentemente hecho de luz. El contacto con
los seres se habría perpetuado en el tiempo. Más sobre su
testimonio en esta entrevista en video.
El cabo Valdés y su verdad
El caso del cabo Armando Valdés sigue
siendo digno de mencionar en este conteo de abducciones, pese a que
él mismo se encargó de desacreditarse 30 años después de su
supuesto secuestro extraterrestre. Una experiencia de 15 minutos para
quienes le perdieron el rastro, pero de más de 5 días para él. Se
supone que un 25 de abril de 1977, Valdés vio alterada su guardia
junto a otras personas en el altiplano. Cerca de las 4 de la mañana
fue testigo de unas potentes luces que descendían del cielo y
envolvían al grupo de personas. De todas ellas, sólo desapareció
él. Tras una ausencia de no más de 15 minutos, el abducido regresó
con una barba de varios días, el calendario de su reloj adelantado
en cinco días y un críptico mensaje que decía: "Nunca sabrán
quiénes somos ni de dónde venimos, pero pronto volveremos". El
resto fueron portadas de diarios, propaganda militar para amedrentar
a los países vecinos, investigaciones internacionales y una fama que
se extendió por décadas. Años después el mismo Valdés reconoció
que nada de esto fue cierto. Como una pitanza, se escondió de sus
compañeros de patrulla, se ausentó para orinar y que como había
olvidado afeitarse, la excusa de la barba fue una salida para evitar
ser castigado por faltar a su deber estético y militar.
Fuente: lanacion.cl
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