Tal cual como se los prometí la semana pasada, en esta edición les voy a hablar sobre las otras cosas que pueden suceder en la Tierra además de la máxima solar. Mi colega de comentarios, Enrique Heck, ya algo les adelantó cuando hablo sobre el “Código (Códice) de Dresden”. Bueno, lo que él dice es cierto. Es un viejo escrito maya que se salvó de las llamas gracias a un sacerdote visionario. En él se habla de lo que podría ocurrir el 23 de diciembre de 2012 debido a la alineación de nuestro Sistema Solar con el Centro de la Vía Láctea. Este acontecimiento puede traer un cambio en la polaridad de los polos, lo que ocasionaría, a la vez, grandes calamidades.
Una de ellas, es que estaremos expuestos a vastas cantidades de radiación emitida desde el Sol; con una inversión del campo magnético viene una debilitación en la capacidad de la Tierra para desviar los rayos cósmicos. Nuestra armada de satélites de comunicación y militares caerá de sus órbitas, añadiendo más caos en el suelo. Por lo pronto, la Tierra seguirá rotando alrededor de sí misma cada vez más lentamente hasta que llegue el momento en que se quedará quieta. Permaneceremos en un estado nulo de magnetismo por aproximadamente tres días y luego nuestro planeta comenzará a girar en sentido contrario. Al girar en movimiento inverso donde antes quedaba el polo norte magnético, ahora estará el polo sur, y donde estaba antes el polo sur magnético, tendremos ahora el polo norte. Hay que advertir que este cambio se da sólo a niveles electromagnéticos y que no se trata de que la Tierra vaya a dar físicamente un bote de 180 grados.
Pero, ¿qué consecuencias podría traer consigo este cambio? De eso les voy a hablar la próxima semana. Hasta entonces.
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