Una increíble historia, digna de una película de ciencia ficción,
habría protagonizado el 34° presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower.
Según algunos denunciantes, el ex mandatario firmó un tratado secreto con
extraterrestres donde su país permitió las abducciones de humanos en su
territorio a cambio de tecnología avanzada.
Si bien para muchos esto puede sonar disparatado o poco creíble, hay al
menos tres investigadores que han hablado sobre esta teoría de la conspiración
en distintas ocasiones.
La versión que ha tenido mayor difusión por parte de los medios de
comunicación ha sido la del ex asesor del Pentágono y del Congreso, Timothy
Good, quien en febrero de 2012 dio a una entrevista a la cadena de televisión
BBC.
En aquella oportunidad, Good destacó que, si bien los extraterrestres
han visitado la Tierra desde hace mucho tiempo, recién a mediados del siglo XX
se vivió un hecho trascendental que marca un antes y un después dentro de las
supuestas relaciones diplomáticas que han sostenido humanos y seres
provenientes de otros mundos.
Según él, mientras se encontraba de vacaciones en 1954, el presidente
Dwight Eisenhower mantuvo al menos tres reuniones (organizadas por el FBI) con
dos tipos de civilizaciones alienígenas.
Primer Encuentro Cercano
De acuerdo a los datos que
maneja el ex asesor del Pentágono, la primera de ellas habría tenido lugar durante
la noche el 20 de febrero de 1954 en la base aérea de Holloman (Nuevo México).
Good afirma que esta cita se habría realizado con extraterrestres de aspecto
nórdico (rubios, de piel blanca y ojos azules) provenientes de Las Pléyades, un
cúmulo estelar ubicado dentro de la constelación de Tauro. Sin embargo, el ex
mandatario no habría quedado conforme con lo ofrecido por estos seres y desechó
concretar un acuerdo con ellos.
El supuesto “acuerdo”
Timothy Good indicó a la BBC que, luego de la infructuosa negociación
con los “Pleyadianos”, Eisenhower se reunió posteriormente con otro tipo de
extraterrestres a los cuales hoy en día se les conoce como “Grises” (ver
nota sobre ellos acá). Dichos seres le ofrecieron la transferencia
de tecnología bajo condiciones más favorables por lo que, pasado un tiempo, se
firmó un tratado.
Ahora bien, el mencionado ufólogo británico no ha sido el único en
referirse públicamente acerca de este hipotético hecho. En 1996 un geólogo e
ingeniero estructural llamado “Phil Schneider”, aseguró en una conferencia de
prensa, que participó en la construcción de diversas bases subterráneas en las
cuales se establecieron los mencionados aliens.
Según Schneider, a cambio de tecnología sofisticada, Eisenhower permitió
en 1954 que los Grises alojasen en diversas bases militares y que secuestraran a algunos humanos
para realizar investigación médica y experimentos. Los Grises también se
comprometieron a no realizar ningún tratado con otro país que no fuera Estados
Unidos.
Schneider, sostuvo que los Grises trabajaron codo
a codo con los técnicos estadounidenses en la construcción de bases
subterráneas.
Sin
embargo, para varios ufólogos, estos seres resultaron poco fiables pues
terminaron secuestrando a mucha más gente de lo presupuestado (Ver
acá nota sobre las razones que tendrían los aliens para realizar abducciones).
Lo que se dijo en aquella época
Los
teóricos de la conspiración afirman que en esta controvertida historia hay
hechos indesmentibles: Por una parte, oficialmente se sabe que el presidente
Eisenhower estuvo jugando golf el 20 de febrero de 1954 en Palm Springs (California).
Ese día, después de cenar abandonó repentinamente las instalaciones del rancho
donde estaba alojado. Durante la mañana del día siguiente asistió a una
ceremonia en una iglesia de Los Ángeles. En esa misma jornada, el vocero del
gobierno anunció a la prensa que el mandatario la noche anterior tuvo que
acudir de emergencia al dentista local, pues se le había roto un diente
comiendo alas de pollo durante la cena.
Ningún
rastro
A pesar de esta explicación oficial, para
muchos esta supuesta emergencia dental pudo haber sido una mentira. De hecho,
en junio de 1979, un investigador llamado William Moore (ex oficial de inteligencia naval) entrevistó a la
viuda del dentista que habría atendido al presidente Eisenhower: el Dr. Francis
A. Purcell. Pese a lo anecdótico que podría resultar el hecho de curar a un
presidente la viuda no recordó que su esposo haya atendido alguna vez al ex
mandatario.
Diez años más tarde, el propio Moore buscó en
la Biblioteca Eisenhower algún dato que confirmara la curación que habría
realizado el dentista Purcell la noche del 20 de febrero de 1954, pero no halló
nada. Lo que sí encontró fueron cartas de agradecimiento del ex mandamás de la
Casa Blanca hacia las personas involucradas en su viaje a Palm Springs como las
personas que enviaron flores, las que se ofrecieron a jugar golf con él hasta
una misiva dirigida al pastor que presidió la ceremonia al día siguiente, pero
ninguna mención a algún dentista por haberlo curado.
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